martes, 29 de diciembre de 2020

"El aborto ilegal asesina mi libertad", capitulo Mujeres enojadas del punk. Ninguna linea recta, de Lucas Disalvo y Nicolas Cuello


En este extracto del capitulo Mujeres enojadas del punk se cuenta con detalle el surgimiento de la idea del vinilo compartido por Fun People y She Devils que genero desde su edición y aun mas desde la presentación una verdadera conmoción en el ambiente hc/punk que se disemino por el pais mediante intercambio de correo, reseñas en fanzines, de mano en mano y discusiones encendidas. Así fue como a finales de los 90 cuando no era común hablar públicamente sobre el aborto o las reivindicaciones que implicaba, este disco y sus connotaciones fueron una partecita mas en esta larga lucha colectiva. A continuación y gracias a la autorización de los autores reproducimos texto de las paginas 152-157.

                                    

      (Disco split El Aborto Ilegal Asesina Mi Libertad, She Devils y Fun People, Ugly Records, 1997) 

                                 

Como sabemos, lo que asesina no es el aborto, sino la criminalización institucionalizada de una decisión personal sobre el propio cuerpo; en esa clave es que She-Devils y Fun People buscaron inscribir la conversación sobre el aborto como parte necesaria de una agenda militante por el ejercicio de las libertades plenas en las escenas hardcore punk desde una perspectiva desmoralizada. Esto implicaría también abrir en primera persona procesos de revisión y transformación autocrítica intensivos, como contaría Carlos “Nekro” Rodríguez, cantante de Fun People, en una entrevista realizada por Alejandro Schmied y Melina Dorfman:

"En una época tenia dieciséis años y veía el aborto como una cosa mala. Con el tiempo me di cuenta de que era una tontería pensar eso ya que siendo hombre no tengo derecho a opinar sobre la decisión que toma una mujer sobre su cuerpo, y pensar me llevo a escribir la letra del tema Lady de Fun People. Se me ocurrió editarlo en un single de vinilo con la  banda. Yo salía con una chica que se llama Carola [Fontán] y le mostré a ella la letra de la canción y la frase “EL ABORTO ILEGAL ASESINA MI LIBERTAD”, y le pregunté si tenía ganas de ayudarme con la edición y se re copó. Nos informamos bien sobre el tema con organizaciones de mujeres que se estaban armando acá. Ambos coincidimos que el seven inch tenía que ser en vinilo y que tenía que ser compartido con una banda de chicas que estaban en la misma de nosotros, o sea, apoyar la causa de la libre elección. Y en esa época la banda Cadáveres se separa y justo me entero que empezaban una banda nueva llamada She Devils. Nos contactamos con Patricia, Pilar y Lula, inmediatamente les encantó todo el proyecto, inclusive porque era una muy buena idea también para dar un empujón a este su nuevo proyecto e hicimos el disco que venía con un pasquín, con los puntos de vista de cada uno de los integrantes de las bandas, con información donde la gente podía ir a buscar ayuda en ese momento, como también la importancia de usar preservativos y otras cosas más que tenían que ver con el derecho a decidir de la mujer. El disco fue un fracaso comercial [...] claro, un seven inch de vinilo en tiempos donde todo era cd. Nadie tenía para escuchar vinilos. Además, fue una idea boicoteada no solo por los medios que como en la actualidad están controlados por las religiones sino también por gran parte de la escena "hardcore" del momento, como todo lo que hacíamos con Fun People que siempre caía mal. Incluso a algunos les cayó mal que hicieramos un disco compartido con una banda que tenía integrantes mujeres. Pero no claudicamos, salimos con mas fuerza a expandir la idea, ambas bandas. En esa época yo estaba viviendo en una casa ocupada y nos desalojaron. Como estábamos compartiendo muchos recitales y movidas con She Devils, las pibas me invitan a compartir una casa, ahí en Palermo." (Schmied, Dorfman, 2018)

Aquella vivienda, más conocida como “La casa de Cabrera”, en la que convivían Pat, Pilar y Lula, entonces integrantes de She Devils,a partir de la incorporación de Nekro de Fun People no solo sería el escenario donde cobraría forma la idea de producir en conjunto aquel disco, sino que se transformaría en una central de operaciones para bandas amigas que allí empezaron a ensayar, grabar sus discos, filmar sus videos, diseñar sus flyers, diagramar sus fechas; además de archivar los tesoros de una prolífica red de contactos locales e internacionales: cartas, fanzines, casettes y vhs de todas partes del mundo. Dado que Fun People por aquel entonces se había convertido en una referencia mayúscula dentro de los escenarios subterráneos, se decidió estratégicamente utilizar el renombre de la banda como un amplificador para agitar iniciativas acordes a sus preocupaciones políticas. 

La portada de El Aborto Ilegal Asesina Mi Libertad fue la imagen de una bandera que decía en letras grandes, junto a la foto del genocida Videla, “Si su mamá hubiera abortado éste (y otros) nos hubiéramos ahorrado”, y que se enmarcaba en la consigna “No al indulto, sí al aborto”. She-Devils (que, haciendo una referencia cariñosa a New York Dolls, aparecían mencionadas en el álbum como “Las Mistery Girls”) rescatan dos temas de su primer casette GRrr, una canción furiosa como “Nada para mí”, y una gema bubblegum-punk como “Baby”. Fun People aporta “Lady” de su disco Todo Niño Sensible Sabrá de Lo Que Estamos Hablando (1997) y revisita su canción “Valor Interior”, del disco Anesthesia (1995). Las canciones están puestas para acompañar, desde la dulzura y la fortaleza, procesos subjetivos que no son fáciles, sobre todo por el riesgo que produce el cerco criminalizante del Estado sobre una práctica y decisión corporal concreta. El booklet del libro no es ingenuo a este respecto: “Estás embarazada y no querés tenerlo, ¿qué hacer? ¡Debes apurarte ya! Preparate, porque vas a ingresar en el terreno de lo ilegal…” o “al ser el aborto ilegal y practicado en secreto, nadie se hace responsable por tu vida” (1997). Frente a la situación apremiante, el vinilo cargado de información sobre los procesos abortivos, estadísticas duras provistas por la Coordinadora por el Derecho al Aborto y dibujos hechos por Lula e Irene Schnabel, se proponía como un primer paso en la construcción de una autonomía punk situada. En este sentido, si bien, se inscribe editorialmente al aborto dentro de una genealogía de prácticas penadas por el Estado que define qué formas, contornos y contenidos tiene que tener la vida de sus sujetos gobernados, “desde la libertad de elegir qué hacer con nuestro cuerpo, qué orientación sexual elegir, qué consumir, qué decir, cómo vivir, cómo morir” (op. cit.), de la misma manera, esta visión no dejaba fuera una crítica al legalismo democrático: 

 Nuestras libertades individuales no existen, a nadie escapa que la democracia como bien en sí mismo no garantiza efectivamente nuestros supuestos derechos. Por eso creemos que hacer público nuestro reclamo sobre varias cuestiones que conciernen a la elección individual es ahora y siempre necesario. (op. cit.)  

El disco sería presentado en Cemento el sábado 22 de marzo de 1997 y marcaría un éxito de convocatoria: más de 2000 personas en el público y varias bandas anotadas para formar parte de la fecha, ya que en aquella época, “todo el mundo quería tocar con Fun People” (Arrese, 2017). Sin embargo, a este recital también se acercaron grupos de chicos con volantes contra el aborto, e incluso el evento se vería sacudido por un polémico intento de sabotaje cuando la banda straight-edge Actitud de cambio salió a tocar montando una escena de dramatismo gore en la que bebés de plástico pendían dentro de bolsas con sangre falsa, mientras irrumpían con un discurso anti-aborto.  


             ( Flyers de la presentación del Split El Aborto Ilegal Asesina Mi Libertad, She Devils y
               Fun People, sábado 22 de marzo, 1997, Cemento, Buenos Aires. Archivo personal
                                                                       Pat Pietrafesa )

Ante aquella situación, l*s organizador*s, desorientad*s por el boicot, pararon el recital, y se dio comienzo a una “discusión masiva e imparable” desatada “en el escenario, en el backstage, hasta en los baños” (Igarzábal, 2015; Pietrafesa, 2016; Arrese, 2017). De aquella situación caótica, Pat hace el siguiente balance: 

 "Resultó que la escena hardcore estaba llena de nenes y nenas muy (mal)criados por sus padres o colegios católicos que habían visto esa peli con la maldita escena de la madre pinchando y matando a un bebé con forma, cerebro, nombre y todo. Pero fue una experiencia buena porque despertó la discusión y ésa es la intención con que personalmente hago todo: que se discuta, que se disienta, es la única forma de cambiar. Igual fue más un tema de los hardcore y straight edge: los punks en su mayoría adherían a la libertad de decisión. Recibimos pilas de cartas discutiendo el tema. Después de un par de años nos llamaban a todos los actos y cuestiones que tuvieran que ver con el tema de aborto. Nos especializamos. Pero quisimos desligarnos un poco, porque todos nos asociaban con eso." (Enríquez, 2003)

Después de la controversial repercusión de aquel simple, She-Devils serían invitadas por organizaciones de mujeres feministas para tocar en distintas iniciativas en contra de la violencia hacia la mujer, por la despenalización del aborto y para el armado de fechas históricas como el 8 de marzo (op. cit.). No obstante, en todos estos espacios, se habían encontrado con la desconfianza reticente de otras mujeres que en muchas ocasiones les dejaban en claro que el feminismo no era para ellas. De hecho, la relación con este movimiento siempre había sido tensa para la banda: desde el comienzo de su formación se habían implicado abiertamente en la lucha contra el machismo y por la liberación sexual, pero la política de identidad y sus reflujos separatistas se ubicaba en las antípodas de sus convicciones y ellas, a su vez, no dejaban de ver en el feminismo institucional otro signo de clase, generación y modo de hacer (Canalda, 2018). La opinión de mujeres punks convocadas a tocar en una iniciativa feminista se hacía sentir menor en relación a otros aportes militantes de una consistencia “más programática”, y el estilo amateur, afecto al desorden y a la pasión de las punks, quedaba fuera de lugar dentro de escenarios más contenidos, serios y burocráticos, decididamente menos pegados al cuerpo. Una de las discrepancias que las feministas tenían con el grupo pasaba por aquel estilo emocional negativo característico del punk, asociado a la visceralidad y la frontalidad descarnada; muestra de esto es que durante el proceso de confección del booklet para El Aborto Ilegal, Mujeres enojadas del punk tuvieron intensas discusiones con la Coordinadora porque las feministas consideraban totalmente contraproducente que el álbum incluyera la palabra “asesina” en el título (Arrese, 2017).


extracto de "Ninguna línea recta, contraculturas punk y políticas sexuales en argentina 1984-2007", de Nicolas Cuello y Lucas Disalvo  (editado por Tren en Movimiento y Alcohol & Fotocopias noviembre 2019)   . 




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